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miércoles, 15 de agosto de 2012

¿Y si quitamos la fase amarilla del semáforo?



Hace unos días leí una noticia que hablaba sobre las fases del semáforo. En concreto, sobre los sistemas TrafiRadar y VIP bikes de la empresa belga Traficon, se pretende alargar el tiempo que permanece el semáforo en su color amarillo o ámbar fijo en el caso de que necesitemos más tiempo para cruzar la intersección con seguridad.
Pienso que con dichos sistemas controlados mediante radares y cámaras se pone en duda la efectividad de la fase intermedia del semáforo además de crearse nuevos conflictos entre los conductores de automóviles, bicicletas y peatones por el tiempo que puedan tardar en cruzar la intersección. Pero… veamos por qué.

Una luz amarilla no intermitente. Significa que los vehículos deben detenerse en las mismas condiciones que si se tratara de una luz roja fija, a no ser que, cuando se encienda, el vehículo se encuentre tan cerca del lugar de detención que no pueda detenerse antes del mismo en condiciones de seguridad suficientes

Los semáforos regulan nuestro paso por una intersección


Los semáforos forman parte de la señalización en intersecciones donde la circulación suele ser densa por la confluencia entre vehículos y peatones. Si además tenemos en cuenta lo que nos dice el Reglamento General de Circulación respecto al funcionamiento del semáforo no deberíamos tener dudas sobre las prioridades entre vehículos y peatones.
Somos conscientes de la necesidad de regular el tráfico para que sea más fácil la circulación por ciudad. La ordenación del tráfico debe adaptarse a la diversidad de usuarios que hacen uso de la vía pública. Por ejemplo, el ciclo semafórico puede variar en función de la intensidad del tráfico, la instalación de rotondas o glorietas circulares como alternativa al cruce semafórico así como la implantación de puentes inferiores o elevados para la seguridad de los peatones.
Tampoco podemos olvidar que las intersecciones además de regularse con semáforos deben disponer de la señal vertical de ‘stop’ para los casos en que falle la iluminación o exista alguna avería que impida el normal funcionamiento del ciclo semafórico. Aunque, otra opción sería aplicar lo que dice la norma general para los casos de preferencia en los cruces sin señalizar:

¿Qué sucede si el cruce no tiene semáforos?


Intersecciones sin señalizar. 1. En defecto de señal que regule la preferencia de paso, el conductor está obligado a cederlo a los vehículos que se aproximen por su derecha, salvo en los siguientes supuestos: a) Tendrán derecho de preferencia de paso los vehículos que circulen por una vía pavimentada frente a los procedentes de otra sin pavimentar. b) Los vehículos que circulen por raíles tienen derecho de prioridad de paso sobre los demás usuarios. c) En las glorietas, los que se hallen dentro de la vía circular tendrán preferencia de paso sobre los que pretendan acceder a aquéllas (artículo 21.2 del texto articulado). d) Los vehículos que circulen por una autopista o autovía tendrán preferencia de paso sobre los que pretenden acceder a aquélla
De ahí que prolongar la fase intermedia pensando en el tiempo que podamos tardar en cruzar una intersección sería impensable para los casos expuestos además de afectar al resto de usuarios que se verían agraviados al permanecer más tiempo con el semáforo en rojo.
El problema se presenta cuando se produce un incidente vial con ocasión del tráfico en una intersección regulada mediante semáforos como, por ejemplo, una colisión en forma de embestida perpendicular. Un tipo de colisión provocado por el incumplimiento a la norma sobre prioridades, al menos, de uno de los implicados. Es decir, uno de los implicados ignoró su semáforo
apurando el ámbar para superar el rojo, no descartándose también que uno de ellos cruzara antes de tiempo sin esperar que cambiara su semáforo de rojo a verde.

Rojo: detenerse, verde: avanzar, ¿y amarillo?


En ambos casos, a mi juicio, la fase intermedia no sirve de nada. Es decir, serán otros factores como la velocidad o la anticipación imprudente lo que justifique de alguna manera lo sucedido. Y digo que no sirve de nada, entre otras cuestiones, porque la fase amarilla del semáforo da para muchas interpretaciones que pueden ser utilizadas por los conductores para justificar el motivo de saltarse el semáforo en rojo.
Si ignoramos el
semáforo en amarillo o ámbar fijo estamos incumpliendo también la señal vertical de ‘stop’ que posiblemente puede que esté junto al poste del semáforo. Es la prioridad de las señales así como las restricciones entre ellas, las que mandan cuando vamos por una vía pública. Por eso digo que si existe la señal vertical de ‘stop’ sin dar lugar a matizaciones, debería existir también la fase verde o roja pero no la fase intermedia.
Para razonar mi respuesta a la pregunta que encabeza el artículo, el color de un semáforo no puede convertirse en coartada para justificar la frenada brusca o la superación de velocidad ante la luz amarilla no intermitente del semáforo. Estoy seguro de que si todos respetásemos la velocidad en un cruce regulado por semáforos, su fase amarilla no sería necesaria. Bueno, tampoco pretendo convencer a nadie pero, ¿qué opinan?
Fuente |
WIRED
Más información | Traficon

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