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sábado, 28 de julio de 2012

¿Me pueden sancionar si me quedo sin combustible en la carretera? y Los asientos homologados para niños discapacitados


Parece una tontería pero estoy seguro que a más de uno le ha pasado el trance de quedarse sin gasolina o gasoil en el coche durante algún trayecto por carretera o habéis escuchado de alguien que le haya ocurrido. Conducimos con el tiempo justo, apurando al máximo hasta la última gota de combustible que queda en el depósito para no entretenernos en repostar el vehículo y cuando vemos que realmente le hace falta combustible, nos pasamos de gasolinera.
También, durante el itinerario, nos confiamos en que habrá una próxima estación de servicio sin saber los kilómetros que nos faltan, y bien, por despiste o falta de previsión no hemos visto el nivel de consumo o simplemente no calculamos los kilómetros que podemos circular con el depósito en reserva. Una circunstancia como es
la inmovilización de un vehículo en una carretera, con todo lo que ello representa, y que habrá que explicar en el caso de ser requeridos por un agente de tráfico.

Por tu mala cabeza o dejadez

Estamos ante una situación no deseada como es el supuesto de quedarnos sin combustible en la carretera pero que al existir unos riesgos innecesarios ya no sólo para el propio usuario sino también hacia el resto de usuarios de la vía, conlleva una sanción administrativa. El Reglamento General de Circulación no sanciona la falta de combustible en el vehículo, a pesar de ser el origen del hecho, sino la maniobra que de forma voluntaria o involuntaria ha realizado el conductor.

El vehículo ante la falta de combustible, por su propia inercia, en línea recta terminará parándose. El problema se presenta cuando la dirección del vehículo se hace ingobernable para su conductor al desconectarse el motor de arranque. De ahí, dependiendo de la inmediatez de la detención y circunstancias de la vía si ésta se produce, en el mejor de los casos, en el arcén el vehículo pasará a convertirse en un obstáculo. Si a esta nueva circunstancia le añadimos que la maniobra inesperada se produce de noche y en una vía sin iluminación puede considerarse con peligro ante el riesgo de un alcance o colisión por parte de otro vehículo.
Si corremos el riesgo de quedarnos sin combustible por la falta de previsión o planificación del viaje o no nos fuera posible repostar en una gasolinera próxima, la mejor opción, para evitar riesgos y sanción sería detener el vehículo en un lugar seguro, ceñirnos todo lo posible a la derecha fuera de la calzada dejando libre el arcén. Seguidamente nos colocaremos el
chaleco de alta visibilidad y señalizamos el vehículo con la utilización de los triángulos de preseñalización de peligro para asegurar nuestra posición y espera.

La prevención empieza por uno mismo

Una vez estacionado el vehículo en un lugar seguro, ya sólo nos queda esperar a que nos atienda cualquier agente de tráfico o por nuestros medios si tenemos teléfono móvil podemos llamar a nuestra asistencia en carretera del seguro obligatorio por si cubre la prestación de trasladarnos a la estación de servicio más próxima, llamar a alguien de confianza para que nos traiga combustible o nos acerque a la estación de servicio más próxima. Pero ojo con esta última opción porque para ello necesitaremos un recipiente homologado para el trasporte del combustible que podemos obtener en la misma gasolinera.
Hemos solucionado el problema y continuamos el viaje pero conviene saber que el motor de nuestro coche ha podido sufrir la dejadez por nuestra parte de quedarnos sin combustible durante nuestro desplazamiento, así que lo mejor es visitar un taller para revisar el sistema de encendido y alimentación del motor y evitar futuras averías. En un motor de gasolina, basta con repostar y arrancar el coche. Sin embargo, en los motores propulsados por gasóleo son los inyectores los que han podido obstruirse tras apurar el depósito demasiado y con ello las impurezas almacenadas en el fondo del depósito.
Foto |
Christian Frausto Bernal
En Circula Seguro | ¿Conocemos las normas de circulación? (17): sobre las maniobras de detención, parada y estacionamiento
Un estudio de la FUNDACIÓN MAPFRE revela que muchos niños discapacitados no viajan de manera correcta
La FUNDACIÓN MAPFRE ha realizado recientemente un estudio denominado “Los niños con necesidades especiales y su seguridad en el automóvil” y en el que se han analizado cómo deben viajar en vehículos particulares los 60.000 menores que hay en España y que sufren algún tipo de discapacidad.
Los menores con, por ejemplo, autismo, espina bífida, parálisis cerebral o que hayan nacido de forma prematura necesitan unos cuidados especiales que deben mostrar su continuidad cuando se desplazan en vehículos, de forma que su seguridad no se vea mermada.

Los asientos homologados para niños discapacitados

Los problemas, o mejor dicho, las carencias se presentan desde muchos frentes simultáneamente. Por ejemplo, el abanico de sistemas de retención infantil que actualmente existen en el mercado es más bien escaso. Estos están homologados de igual forma que los convencionales, es decir, según el reglamento ECE R44/04 pero con las siguientes diferencias:
  • El símbolo “S” debe aparece en la correspondiente etiqueta de homologación.
  • El sistema primario de sujeción debe ofrecer el exigido nivel de protección en cualquier posición del sistema de retención y sin que se usen los sistemas adicionales de retención que puedan existir.
  • Se admite que los sistemas adicionales de retención reduzcan la velocidad con la que un niño sea sentado o extraído del asiento infantil. Sin embargo, dichos sistemas adicionales de retención deberán diseñarse de modo que puedan ser desabrochados tan rápido como sea posible.


  • Los sistemas adicionales de retención deberán ser también diseñados para evitar riesgos de montaje incorrecto y deberán ser desabrochados y manipulados de un modo que resulte inmediatamente obvio para un rescatador en caso de emergencia.
  • Las pruebas dinámicas deberán realizarse dos veces: primero, usando únicamente el sistema primario de sujeción y, segundo, con todos los sistemas de sujeción en uso. Deberá prestarse especial atención a la comodidad, localización y presión ejercida por el arnés o cualquier otro sistema de sujeción sobre el cuerpo del niño.
  • Una parte de los requisitos relativos al mecanismo de cierre (la hebilla de cierre) son únicamente aplicables al sistema primario de retención.
  • La siguiente información deberá ser claramente visible en el punto de venta y antes de que se extraiga el asiento de su envoltorio o empaquetado: “Este «sistema de retención para necesidades especiales» está diseñado para ofrecer apoyo adicional a los niños que tienen dificultades para sentarse correctamente en los asientos convencionales. Consulte siempre a su médico para asegurarse que este sistema de retención es adecuado para su niño”.

El asesoramiento y el trato específico

Cada niño es diferente y más si hablamos a estos niveles. Por ello, uno de los aspectos que más se destacó en el informe realizado por la FUNDACIÓN MAPFRE ha sido el que tanto los médicos como los pediatras asesoren en profundidad a los padres o tutores sobre dos puntos fundamentales: por un lado, qué sistemas de retención infantil hay disponibles y cuáles son los más adecuados para transportar a los niños según sus necesidades.
Por otro lado, los pediatras deben también comunicar a los padres sobre las alternativas de movilidad posibles, ya que no todos pueden adoptar las posturas que le fijen por ejemplo, un asiento situado en la parte trasera. En algunos casos, la única forma de desplazarse será con el niño tumbado y retenido con arneses construidos a tal efecto.
Por último, pero igual de importante, el asesoramiento psicológico. Viajar con niños siempre es complicado y requiere sus técnicas tanto a nivel de cuidados como a nivel de entretenimiento, siendo en el caso de los niños discapacitados mucho más necesarios.
El estudio “Los niños con necesidades especiales y su seguridad en el automóvil”, que podéis consultarlo en su totalidad en el enlace que os mostramos al final, concluye que todos los niños, independientemente de su condición física o psíquica, tienen derecho al máximo nivel de seguridad cuando se desplazan en el automóvil, y que un viaje cómodo y agradable es un viaje seguro.

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